The discovery

Acaricio la arena.
Su calor me reconforta.
De fondo, ruido de mar.
Solo puedo ofrecerte
el mar.

Dibujarte en la arena
mientras duermes,
y en cada surco,
en cada línea, siento
el frío de la arena
recorriendo la yema
de mi dedo, como una
señal de un destino
que solo entiende
el ruido químico.