Sale, al tercer día, la misma estrella.

Qué mayores nos hacemos, carajo... Y empezamos
nuevo año. Ya. Así de rápido. C'mon mi helmano.

Y hay un señor sentado al fondo del restaurante. Chino.
El restaurante, digo. El hombre solo. Quedan 20 minutos
para el fin de año, 21 para comenzar una nueva vuelta,
un paseo de na, que mejor acompañado, digo yo, pero ahí

está el hombre solo, sentado en la mesa del chino.
Comiendo rollito. Absorto. Masticando.

18 minutos.

Y
yo
aquí.

Mirándolo.