En la ciudad sin límites

Anoche soñé,
y hoy recuerdo lo soñado,
y aunque hoy ya no es igual el sueño que lo soñado,
recuerdo caminar perdido en una ciudad
donde no había calles ni edificios.
No había asfalto.
Tampoco oxígeno, aunque creo que esto es más imaginado.

Me encontré con mi yo del futuro y mi yo del pasado,
así que supuse que yo era el presente,
pero no entendía bien los roles del tiempo; allí todos
presentes, mirándonos el uno al otro y aquel a este...
sin decir una palabra, ni una mueca, ni un pestañeo.
Mirándonos. Los tres. Como peces sin agua.