Koyaanisqatsi

No lo pillo.
Me dices que no entiendo nada, que la vida
es otra cosa, que madure (como la fruta) y
recapacite si quiero o no quiero.

No te sigo.
Me dices que la ciudad se queda grande (como
una camisa), que los edificios son difíciles, que
si quiero, puedo, y si no, también.

Pero que no cuente contigo.
Que el café de aquella mañana fue un error,
que a ti lo que te gusta es el güiski de 6 mil
pesetas y empezar siempre por el postre.